Conservadurismo digital: la estrategia de los buscadores para ocultar información sobre el aborto

13 agosto, 2024 | censura, derechos reproductivos, plataformas
Por: Noelia Gómez
Imagen de mujer sosteniendo un cartel

En el mundo digital, el acceso a información sobre salud sexual y derechos reproductivos (SSyR) se ha convertido en una batalla extenuante para mujeres y disidencias sexuales. La censura digital, especialmente durante situaciones críticas que requieren decisiones rápidas como la interrupción o continuación de un embarazo, es un obstáculo cada vez mayor.

Desde la pandemia quedó demostrado que la telemedicina permite llegar a poblaciones históricamente marginadas. Mujeres, personas no binarias, y hombres trans, sobre todo jóvenes, recurren cada vez más a Internet como primer punto de contacto para obtener información.

Desde 2022, los fenómenos de censura de contenidos respecto al aborto golpean a aquellos sectores que han sido marginados de los sistemas de salud estatales, que viven en entornos estigmatizantes o no cuentan con recursos económicos para un procedimiento seguro en clínicas privadas. La peor parte se la llevan las mujeres negras o de pueblos originarios que, sin Estados presentes que garanticen el acceso a un sistema de salud de calidad, se ven forzadas a buscar vías alternativas como la telemedicina.

Las organizaciones feministas afirman que la censura digital es un fenómeno que creció luego del fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos que anuló la sentencia Roe vs Wade, que puso fin al derecho constitucional a abortar en ese país. La demanda de información on line sobre aborto autogestionado aumentó drásticamente y rompió las barreras geográficas. Martha Dimitratou, estratega digital para las páginas Plan C y Women on Web, explicó que «la prensa y el público mundial a menudo empiezan a prestar atención a un tema cuando ha impactado a Estados Unidos», que es el caso de «la supresión digital de información sobre aborto». 

Kamala Harris, a favor del derecho al aborto.

La escalada ha levantado alarmas entre los defensores de derechos sexuales y reproductivos, incluso llegando a convocar a un debate presencial en los foros de la Asamblea General de la ONU en septiembre pasado. En este contexto hay algunos ejemplos paradigmáticos.

Bing y sus filtros de búsqueda

Bing ha sido objeto de críticas debido a sus dudosos filtros de búsqueda relacionados con la palabra «aborto». Con un alcance global de 1.100 millones de personas al mes, el buscador levantó sospechas cuando usuarios reportaron recibir información ampliamente diferente al deletrear la palabra aborto con errores. Como se explica en el blog Reprouncersored.org, «al escribir mal la palabra «aborto» (léase: «abbbortion» o «aNbortion») aparecen inesperadamente resultados diferentes y más precisos, incluidos recursos y servicios directos, mientras que en las búsquedas con sus contrapartes correctamente escritas («abortion»), los servicios y organizaciones de aborto están misteriosamente ausentes de los resultados».

A partir de las denuncias que se vienen registrando, las organizaciones que abogan por los derechos sexuales y reproductivos exigen mayor transparencia, responsabilidad y respeto por parte de las grandes plataformas tecnológicas. Estos hechos dejan en evidencia que los filtros intencionalmente construidos en el buscador exponen a las personas a información imprecisa, faltando a la necesidad de brindar datos precisos, integrales e imparciales.

Satya Nadella, CEO de Microsoft. 

Plan C y el shadowbanning

La página Plan C, que ofrece información sobre cómo acceder a medicamentos abortivos, denunció haber sido víctima de shadowbanning en varias redes sociales. El shadowbanning es una forma de censura por la cual el contenido es ocultado o se hace menos visible. Esto ha dificultado que las personas encuentren información sobre métodos seguros de aborto, exponiéndolas a riesgos innecesarios.

Diversas organizaciones del ámbito de la salud sexual para mujeres y personas gestantes en el marco de la telemedicina como Women On Web denunciaron dificultades a la hora de publicar anuncios pagos en redes sociales. «Un ejemplo concreto de esto es que Google impone restricciones a las cuentas publicitarias de servicios de aborto por telemedicina porque no tienen una dirección física, mientras que ese es exactamente el objetivo de la atención del aborto en línea: no tener una dirección física ni instalaciones clínicas», dijo la periodista Susan Buttenwieser en Women’s Media Center.

safe2choose.org en Brasil

safe2choose.org, una web que proporciona información sobre aborto seguro, ha sido bloqueada por las grandes compañías proveedoras de internet en Brasil. Tanto la empresa Tim como Vivo, de Telefónica Brasil, tienen bloqueado el acceso a esa plataforma desde 2022. Este bloqueo es particularmente preocupante en un país con históricas restricciones legales en lo que hace a derechos reproductivos y que, en la actualidad, debe atravesar los embates del conservadurismo religioso que propone penar a las mujeres violadas en caso de querer acceder a un aborto. 

Brasil figura entre los países latinoamericanos que reportan «apagones» de aplicaciones de mensajería, como es el caso de Telegram bloqueado por segunda vez en 2023, y según documentado por AccesNow.org en el marco de su campaña #KeepItOn, que lucha contra el creciente fenómeno de los apagones de internet.

Aquellos que apoyan la censura digital argumentan que es necesaria para controlar la desinformación y evitar la difusión de contenido falso. También señalan que las redes sociales y los motores de búsqueda tienen derecho a regular el contenido que difunden para cumplir con la legislación vigente que los rige. 

La revista MIT Technology Review consultó con Google, Meta (Facebook, Instagram), Tik Tok y Reddit en búsqueda de mayor claridad al respecto. Todas coinciden en que se pueden reservar el derecho a eliminar cualquier contenido que viole la ley o pueda dañar a otros usuarios, a terceros o sus políticas internas.

Christian Gebara, presidente de Telefónica Brasil.

Por lo pronto, sugieren que existen formas alternativas de acceder a la información y que la supresión digital no representa una barrera inquebrantable. Desde una perspectiva moral y ética creen que cierta información sobre salud reproductiva debería restringirse para proteger los valores culturales más tradicionales que dicen defender.

La supresión de información en línea puede poner en peligro la seguridad personal, afectando también aspectos económicos y profesionales, así como el bienestar emocional de quienes necesitan gestionar un aborto. Esta obstaculización puede conducir a decisiones mal informadas, aumentando el riesgo de complicaciones de salud y afectando negativamente la calidad de vida de las mujeres y disidencias sexuales.

Las plataformas digitales pueden aumentar la transparencia en sus algoritmos y prácticas de moderación de contenido. Esto incluye proporcionar información clara sobre por qué ciertos contenidos son censurados y cómo se pueden apelar estas decisiones. Es crucial que esos procesos de apelación no estén mediados en su totalidad por sistemas automatizados y se garantice la revisión humana en tales procesos.

Las campañas digitales pueden desempeñar un papel importante en la concientización sobre la importancia del acceso a la información libre y segura. Estas campañas también pueden exigir a las plataformas y proveedores de internet que hagan públicos los criterios que siguen a la hora de bloquear ciertos contenidos. Fortalecer las redes de apoyo digital es esencial para brindar información confiable y orientación a quienes lo necesitan. De hecho, redes en línea que conectan en forma directa con el mundo analógico, como Red Compañera, pueden ser un bastón de apoyo fundamental a la hora de recibir información certera.

El acceso al aborto seguro siempre ha sido un tópico rodeado de estigmas. En el centro del debate está la mayor autonomía corporal, privacidad y accesibilidad para millones de mujeres que deciden interrumpir sus embarazos. Seis de cada diez embarazos no deseados terminan en un aborto inducido, el problema es que el 45% de esos abortos son inseguros, según la Organización Mundial de la Salud.

En este contexto, la revolución digital está transformando el acceso a los cuidados en salud sexual y reproductiva. Sin embargo, la censura es una barrera que afecta mayormente a quienes, por distintas razones, no pueden acceder a servicios sanitarios de calidad en forma física y se vuelcan a la búsqueda en línea.

Este artículo es producto del Bootcamp «Derechos digitales, tecnología y activismo» realizado por TEDIC y el National Democratic Institute, en alianza con La Política Online. Las opiniones expresadas y hechos consignados en el presente material son de exclusiva responsabilidad de las personas autoras y no necesariamente reflejan la postura oficial de TEDIC y el National Democratic Institute ni de la dirección del medio. Este artículo fue originalmente publicado en la web de La Política Online a través del siguiente enlace.